Decía Arthur Miller que “el teatro es tan infinitamente fascinante, porque es muy accidental, tanto como la vida”, y así transcurre esta Historia repleta de pequeñas historias, de forma trepidante, ágil, sincera, y donde el autor evidencia la necesidad de contar vivencias de niño y adolescente en un peculiar barrio de aquel Bilbao de los 90 y principios del 2000.
Como los espejos cóncavos del Callejón del Gato de los que hablaba Valle Inclán en Luces de Bohemia, reflejan en ocasiones las caricaturas de diferentes personajes que emergen en esta novela y que son retratados con fina ironía por el autor.
Detrás de lo grotesco y de lo cómico se vislumbran situaciones dramáticas que describen una época, un barrio… Dicen que lo real siempre va más allá de lo que podamos imaginar, por eso este libro te enganchará en un viaje maravilloso a través de la mirada de Lander Otaola que con su estilo personal y socarrón narra esas pequeñas historias tan polémicas y divertidas como tiernas.
Como dice el autor: “no hay nada más jodidamente divertido y mágico que UNA HISTORIA REAL.