Laura Camelli nació y sigue viviendo en el mismo pueblo que Leonardo Da Vinci. Hermética como un caramelo de jengibre dentro de una cajita de fieltro. Sus creaciones son ventanas a mundos inaccesibles, pero que existen en sí mismos. Sus manos son capaces de crear obras sublimes a partir de cualquier material, su melena lacia le daría envidia a una divinidad egipcia.