Rachel Wada es una ilustradora independiente cuya obra se caracteriza por el uso de texturas ricas, colores vivos y detalles elaborados. Para rendir tributo a las raíces japonesas de este libro, Wada combinó técnicas y expresiones artísticas tradicionales de Japón, como sumi-e y caligrafía, con su propio toque personal. Para crear estas ilustraciones, se inspiró en libros infantiles japoneses, impresiones xilográficas tradicionales y fotografías de 2011, año en que se produjo el desastre. Su práctica artística resulta de su identidad como japonesa y cantonesa, inmigrante y mujer. Además, es un