CONFESIONES DE UNA ADICTA AL ARTE (2024)

Imagen de cubierta: CONFESIONES DE UNA ADICTA AL ARTE (2024)
Salneurria: 19,90€
Argitaletxa : 
LUMEN
Hizkuntza: 
Castellano
Orriak: 
152
Neurriak: 230 cm × 150 cm × 0 cm
Argitalpen data: 
2024
ISBN: 
978-84-264-3085-4

Las apasionantes memorias de una mujer icónica y visionaria, la gran coleccionista que marcó la historia del arte del siglo XX. Nacida en una acomodada familia de Nueva York, Peggy Guggenheim decidió dejar su «ordinaria» vida y se marchó a Europa en 1921 en busca de aventura. Allí sembró las semillas de su trayectoria como una de las figuras más importantes del arte moderno, que catapultó a artistas como Brancusi, Cocteau o Kandinsky e inauguró las carreras de Jackson Pollock y Robert Motherwell, entre muchos otros. Sus apasionantes memorias constituyen un retrato del mundo del arte de los años treinta en adelante, de los entresijos del coleccionismo y de la historia social y política del siglo XX, así como un divertido recorrido por la disparatada vida de esta mujer, en el que no faltan sus romances y amistades con las personalidades más destacadas de la época.La crítica ha dicho...
«Amantes del cotilleo y el arte, dejen las revistas en la mesa del café y abran ya Confesiones de una adicta al arte. […] Una lectura entretenida como muy pocas».
José Luis G. Gómez, La Opinión de Málaga
«Un raudal de mujeres tan enérgicas, expertas y dedicadas como Peggy Guggenheim es lo que necesita el mundo del arte. [...] A medio camino entre la avispada coleccionista y la verdadera amante del arte, Guggenheim nos ofrece un interesante registro del arte de los años veinte y treinta del siglo pasado.»
Kirkus «Estas memorias […], escritas no con ingenuidad, sino con ingenio [...] reflejan un mundo [...] perdido […]. Pero como la prosa de este libro es toda ella obra de Peggy, algo se ha salvado. Uno oye en estas líneas la voz enérgica y sin embargo pausada; ve la repentina y veloz mirada de soslayo que a menudo acompaña a sus veloces juicios; disfruta si no de su persona, al menos de su sombra sobre la página.»
Gore Vidal, prólogo